A comienzos de junio de este año se conoció una nueva intensión entre Los Shottas y los Espartanos, que son las dos bandas de crimen organizado más grandes de Buenaventura, reanudar la tregua de no agresión y pedir pista, una vez más, en el laboratorio de paz que promueve el Gobierno nacional.
A pesar de este anuncio, cuatro han sido los muertos registrados en las últimas semanas que siguen generando el temor en la población, tal como ocurrió contra la vida de Junior Zapata de 26 años, asesinado mientras visitaba a unos familiares en el barrio Miraflores un fin de semana, al igual que, Henry Medina, víctima de un intercambio de disparos en el barrio La Independencia, comuna 10 del puerto que fue trasladado herido hasta una Clínica de la ciudad, pero finalmente perdió la vida.
A este panorama se le suma, el reciente hallazgo del cuerpo sin vida de un hombre en las playas del corregimiento de Juanchaco que no ha sido identificado por las autoridades forenses.
Según datos de la Fundación Paz y Reconciliación, entre enero y mayo de este año se ocasionaron por acción de estas dos bandas criminales un total de 42 homicidios, teniendo a mayo con 18 casos y abril con 12 casos.
Las comunas que siguen siendo catalogadas como violentas por la presencia de muertos y constantes balaceras está: la comuna 7, 8, 10, 11 y 12.
No obstante, el obispo de Buenaventura, Rubén Darío Jaramillo, sigue defendiendo este proceso de paz y asegura que, “Ambas partes renovaron su pacto por la vida y es una nueva oportunidad para pensar en lo que no funcionó en los primeros acercamientos para que ahora no se repita y los diálogos sean exitosos en favor de quienes han sufrido esta guerra”.
Sin embargo, la guerra no solo está en las calles, al interior de la cárcel de Buenaventura hay una constante disputa por el control del centro carcelario. Una fuente del penal, confirmó a 4 esquinas que, “Son los Espartanos quienes tienen el control del penal y quieren tener controlada a la banda Los Chiquillos, residuos de la antigua banda la Empresa porque a los Shottas los han trasladados a otras cárceles del país, mientras que, a los Espartanos los siguen teniendo repartidos en varios patios”.
Así las cosas, mientras este proceso de paz avanza en Buenaventura, con poca credibilidad y confianza entre la población, por iniciativa propia, los bonaverenses mantienen un toque de queda voluntario que inicia desde las7:00 de la noche para salvaguardar sus vidas, afectando en gran medida al comercio nocturno y los empleos directos e indirectos que se generan por esta actividad.
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